Ante una emoción de ira, rabia o enfado sentimos en nuestro cuerpo intensas sensaciones que, a menudo, nos hacen reaccionar a las situaciones que se están planteando. Muchas veces estas reacciones son desproporcionadas y si nos grabaran en vídeo y nos viéramos al día siguiente, puede que incluso ni nos reconociéramos. ¿Qué ocurriría si en lugar de reaccionar empezara a responder? ¿Cómo afronta su hijo estas situaciones de rabia, ira o enfado? En esta receta descubrirá la importancia de diferenciar entre reaccionar y responder a las situaciones y cómo ayudar a su hijo a hacerlo desde el ejemplo.

 Aunque pueda parecer que tienen significados muy similares existe una gran diferencia entre qué es reaccionar y qué es responder. Para ver esta diferencia le pondré un ejemplo con el que quedará bastante claro. Supongamos que va al médico después de haber estado tomando un medicamento para un problema de salud y éste le dice que su cuerpo está REACCIONANDO al medicamento, ¿cuál sería el primer pensamiento que le vendría a la cabeza? Y si el médico, en lugar de utilizar estas palabras, le dice que su cuerpo está RESPONDIENDO al medicamento ¿le pasan los mismos pensamientos por su cabeza? ¿Cree que la expresión de su cara variaría de alguna manera? La palabra reaccionar tiene una connotación negativa y la palabra responder más positiva, y esto tiene su explicación.

Cuando reaccionamos tendemos a la impulsividad, normalmente actuamos sin pensar, y estos comportamientos llevan, en la mayoría de los casos, al posterior arrepentimiento y a preguntarnos a nosotros mismos: ¿por qué he reaccionado de esa manera? ¿Qué ocurre cuando reaccionamos delante de nuestros hijos? Seguro que en alguna ocasión se ha podido ver inmerso en un atasco de tráfico con sus hijos en el asiento de detrás cuando, después de un momento de tensión, aparece un coche que le propina un buen bocinazo. ¿Qué conducta tiene en ese momento? ¿Es una reacción impulsiva, que le sale de lo más profundo? Imagínese que en ese preciso instante su hijo le dice que se hace pis y no aguanta más ¿cómo actuaría? En momentos de tensión como este es donde el niño aprende de las reacciones que ve y posteriormente, cuando se encuentre en una situación que le produzca emociones similares a las que percibió en su padre o su madre en esa situación, será su ejemplo para actuar de manera similar.

¿Cómo actúa su hijo ante una patada en el patio? ¿Y ante un cambio repentino de planes que llevaban organizando con mucha ilusión desde hacía tiempo? ¿Le recuerda su reacción a alguna que haya tenido usted delante de él? ¿Le gustaría empezar a responder y dejar de reaccionar? Existe una gran diferencia entre responder a una situación o reaccionar. Cuando reacciona no está prestando atención a lo que ocurre a su alrededor, por ejemplo: si su hijo llega con un suspenso a casa (algo que es poco habitual) y su reacción es decirle que es un gandul y que se queda sin consola toda la semana, en ese momento no está prestando atención a lo que está ocurriendo a su alrededor y está desatendiendo información objetiva (que su hijo de manera habitual no suspende, y esto puede deberse a que algo no va bien y quizás necesite ayuda). Si responde en lugar de reaccionar se detendrá a pensar qué ocurre y a ver las cosas que pueden pasar desapercibidas a su alrededor.

¿En qué situaciones tiende a reaccionar en lugar de responder? Probablemente estas situaciones sean la reproducción de comportamientos que observó en sus propios padres, abuelos, maestros, etc. ¿Le gustaría que su hijo siguiera esos mismos patrones? Si empieza a prestar más atención a la situación será mucho más fácil responder en lugar de reaccionar, si comienza a centrarse más en el momento presente, a observar las cosas que ocurren a su alrededor en cada momento estará ejercitándose para conseguir responder en esos instantes de tensión en lugar de reaccionar. Otro truco puede ser intentar distanciarse del problema en sí, por ejemplo, retomando el caso del atasco, intente por un momento desvincularse de la situación y verse como si fuera un observador de lo que está ocurriendo en ese coche; esto le puede ayudar a relajarse y ver la oportunidad que le está brindando el momento, como poder charlar con su hijo o cantar alguna canción que suene en la radio.

Comenzar a responder en lugar de reaccionar le abrirá muchas puertas, le ayudará a ver diferentes perspectivas que anteriormente estaban pasando desapercibidas y enseñará a su hijo la ventaja de no dejarse llevar por los impulsos y pensar antes de actuar.

 

Fuente: Pequeños Pensadores