Cada vez más, los padres asumen la responsabilidad de que sus hijos lleven los deberes o trabajos bien hechos al colegio, por miedo al fracaso escolar de sus hijos y por ende de su “fracaso” como padres. Muchas veces las tareas escolares,  acaban monopolizando el ambiente doméstico, hasta tal punto que adultos y niños acaban agotados y enfadados. Hay ciertas claves para cambiar esta situación, aunque no todos los padres están dispuestos a llevarlo a cabo… ¿Usted que hará?

Después de un día agotador en el trabajo llegamos a casa, y además de las tareas domésticas habituales está el trabajo de “Cono” del niño, o los deberes de la niña. Muchos padres afirman que si ellos no están detrás, los hijos no lo harán, otros incluso confiesan que en más de una ocasión han llamado a las madres de los amiguitos de su hijo para preguntar por los deberes que les han puesto, porque éste dice no tener o que no se ha enterado bien… asi que cada día, después de la habitual bronca, los padres SALVAN a sus hijos de un batacazo seguro.

Podemos identificar dos claros objetivos en el hecho de hacer los deberes: 1º el refuerzo y repaso de lo aprendido en el colegio, y 2º desarrollar la competencia de la responsabilidad y el compromiso en los niños. El primero parece estar claro para la mayoría de los padres, el segundo, a pesar de que se oyen frases del tipo “tienes que ser más responsable” no terminan de darles toda la responsabilidad, por miedo a la consecuencias de que el niño no lo haga, es decir muchos padres acaban haciendo lo justo y necesario para salvar a su hijo del problema del día siguiente en el cole.

La responsabilidad es algo que se aprende principalmente cuando vemos y/o experimentamos las consecuencias de las decisiones que hemos tomado. Es decir, un niño aprenderá la responsabilidad de hacer los deberes a fuerza de vivir la consecuencia de su elección de no hacerlos, es decir, el suspenso y todo lo que ello conlleva a nivel interno (mal estar), social (crítica de lo compañeros) o familiar (decepción o enfado de lo padres). Los deberes son responsabilidad de los niños, tanto apuntarlos, como hacerlos, y si hacemos por ellos parte de sus obligaciones, no sólo no aprenderán que sus ELECCIONES tiene consecuencias, si no que tampoco tendrán una experiencia de éxito merecido que refuerce su autoestima. Pero ¿alguna vez se ha planteado qué es lo peor que puede pasar?, hay padres para quienes el suspenso es un drama, y esa actitud agrava aun más la situación porque acaban persiguiendo a sus hijos para que no suspendan y éstos se aprovechan del desasosiego de sus padres para no asumir sus responsabilidades.

Por otra parte, de forma general, un niño que no tenga problemas de aprendizaje, no NECESITA ser ayudado para cumplir sus obligaciones, hasta el punto de que todo lo que hacemos por un niño, que él pueda hacer por su mismo, es como decirle indirectamente que él no puede hacerlo por sí mismo sin ayuda. La consecuencia de paternal acto, es que va calando en su interior la sensación de insuficiencia hasta el punto de que no se cree capaz ni autosuficiente para abordar los retos. Lo que un niño NECESITA y lo que un niño QUIERE (que se lo hagan, que le ayuden, no equivocarse…) , son cosas muy diferentes y los padres deben saber distinguir la diferencia entre ambas. ACOMPAÑAR es sin duda la palabra clave, pues no se trata de ignorar por completo los temas escolares de los niños, sino estar disponibles para cuando realmente nos NECESITEN, sin hacer nada por ellos que pueden hacer por sí mismos.

Ningún niño quiere suspender ¿o si?

Sabiendo que el ser humano quiere por definición aprender y que si el niño no tiene problemas de aprendizaje, además de disponer de todos los recursos necesarios para sacar adelante sus responsabilidades ¿para qué no lo hace?. Verá que no le pedimos que se pregunte ¿por qué no lo hace?, pues de sobra sabrá muchos porqués: se despista, no le gusta, le cuesta, está cansado… El para qué nos dará mucha información ¿para qué no estudia? ¿para qué no hace los deberes?, ¿qué tiene de bueno no hacerlos?, ¿que tiene de bueno suspender?, las respuestas a éstas preguntas pueden ser infinitas, pero aquí le ponemos la más frecuente: para obtener atención. Muchos pensaríamos que ese tipo de atención no lo querría nadie, pero para quién no cree recibirla de otros modos, ésa es una buena forma de conseguirlo.

La atención es ni más, ni menos que amor; amor de los padres, amor de los compañeros, amor de la maestra, es al fin y al cabo “un tiempo extra que me dedican a mi, o una forma de ver lo mucho que se preocupan por mi”.

 A modo de resumen, concretamos las claves principales a la hora de hacer los deberes:

  • Los deberes es cosa sólo de los niños (salvo problemas de aprendizaje)

  • Debajo de una falta de responsabilidad puede haber al menos dos causas: Que alguien las asume por él, salvándole de las consecuencias reales, con la consecuente comodidad.  Que la falta de responsabilidad, conlleve atención por parte de los padres y eso le  aporte mucho más que la satisfacción de la autonomía.

De cualquier forma, confíe en la capacidad de su hijo por encima de todo, descubra para qué hace lo que hace, y si lo descubre, pregúntele qué otras formas se le ocurren de cubrir esa misma necesidad sin necesidad de no hacer los deberes, por ejemplo: haciendo algo juntos y solo con el, al menos un día en semana.

 

 

Fuente: http://www.pequeñospensadores.es